Por supuesto que nuestra sexualidad continua, forma parte de nuestra identidad, por ser como somos seres relacionales, el detalle que hemos de tener en cuenta es que hay que adaptarse y encontrar el modelo que, en función de las circunstancias físicas y psicológicas de la crianza, sea más satisfactorio.
¿QUÉ ASPECTOS TENEMOS QUE CONOCER Y TENER EN CUENTA?
Cambios físicos/biológicos
- En el posparto acontecen una serie de cambios hormonales:
- Bajada de estrógenos y subida de la prolactina (que regula la lactancia).
- Esta nueva situación hormonal INHIBE EL INTERÉS, BAJA EL DESEO y DIFICULTA LA EXCITACIÓN/LUBRICACIÓN.
Por si fuera poco, el debilitamiento y/o daño del suelo pélvico + las cicatrices del periné (desgarro/episiotomía si se hubieran dado), añaden molestias y dolor en las primeras relaciones con penetración.
Por último, los cambios en la corporalidad y autoimagen como el sobrepeso, suman en la pérdida de confianza para exponer la desnudez.
Cambios psicológicos/relacionales
A nivel emocional, sin duda, el nacimiento de un hijo es un ACONTECIMIENTO que se considera factor PRECIPITANTE y FAVORECEDOR de disfunción sexual (“bajo deseo y dolor”).
Muchas mujeres arrastran condicionantes previos como:
- Infertilidad, abortos de repetición que han afectado la intimidad.
- Un embarazo de alto riesgo que ha obligado a abstención de relaciones sexuales.
O simplemente que durante el embarazo se haya disminuido la frecuencia de las relaciones sexuales por motivos físicos o culturales; o estas hayan sido muy esporádicas.
CONSECUENCIA: la relación de pareja puede estar resentida.
A esto súmale el nuevo escenario familiar y doméstico:
- Tareas domésticas +- compartidas
- Más hijos y vida laboral.
- Vulnerabilidad emocional, gestión de los cambios.
CONSECUENCIA: la actitud de la mujer tiende a ser “erotofóbica o evitativa”.
Con este panorama, ¿POR DÓNDE PODEMOS EMPEZAR?
¿Cuándo retomar las relaciones?
Según se hayan desarrollado el embarazo y parto, en línea generales lo razonable es de 5 a 12 semanas. Si han pasado >6 meses, ¡atención! Hay que valorar factores mantenedores de la evitación.
Consejo: DESGENITALIZAR, DESCOITOCENTRAR las primeras relaciones.
El coito doloroso en el postparto es habitual, por lo que hemos mencionado antes, por lo tanto, hay que darle tiempo a que los genitales se rehabiliten y se desensibilicen de forma progresiva.
Para ello en las primeras relaciones hay que practicar la sexualidad amable y NO FINALISTA.
– Trabajar el cuerpo, con caricias y besos, recuperando el placer de lo corporal, para ganar confianza hasta llegar a lo genital.
– Desensibilizar los genitales de forma progresiva con lubricante y masaje perineal.
Rehabilitar el suelo pélvico.
Puesto que en mayor o menor medida se va a ver debilitado, generando molestias y una peor calidad del orgasmo.
SI has optado por la lactancia…
Actitud proactiva y más receptiva a los estímulos, aunque sea desde un estado neutro. Hay que poner más interés en trabajar el imaginario mental (fantasías) y promover el deseo reactivo a los estímulos excitatorios.
Tiempo en pareja SI o SI.
Agendar tiempo para interacción positiva, la comunicación y compartir sentimientos, expectativas. Recuperar complicidad.
Y por último ojo al diálogo interno.
Caza pensamientos no racionales o distorsionados que surgen de creencias heredadas de lo que debe ser y no asociemos maternidad a mujer asexual.
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